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martes, 31 de mayo de 2011

Links.

http://es.scribd.com/doc/18947132/JeanPierre-Vernant-El-Hombre-Griego-version-completa

http://ignacioondargain.tripod.com/id16.html

http://sepiensa.org.mx/contenidos/historia_mundo/antigua/roma/guerra/guerras.htm

"Objetualización" del hombre

Se dice que cada objeto tiene una forma y una función, aspectos esenciales y característicos de éstos. Asimismo, todo objeto hace parte de la cultura material y estética de un pueblo. La primera siendo la forma de satisfacer las necesidades básicas del humano y la segunda haciendo parte de las creencias y valores culturales que obtienen dichos objetos en el medio en el que son creados. De esta forma, se busca expresar ampliamente los factores por los cuales el hombre antiguo se desarrolla como objeto y no como sujeto, acciones posicionadas hacia las expectativas de todo un pueblo. 

Mediante este blog se quiere plantear una posición en la que se toma al hombre guerrero de la época antigua como el objeto mismo de la guerra y de la perfección. De esta forma se demuestra la importancia de una cultura material y estética en la que se evidencia de forma clara la función y forma que denota el hombre, considerándolo así un objeto más. Dejando de lado su función como sujeto y envolviéndose más hacia lo que debe ser y hacer frente a su sociedad.

Desarrollándose así de forma como la misma sociedad de su época espera que éste se desarrolle, prestando servicios y obligaciones que desde el inicio están planteadas como responsabilidad de quien hace parte de dicha ciudad-estado. Convirtiendo así al hombre como el mismo objeto para realizar fines políticos, en los que se involucra una forma y función específica con el fin de abrazar lo que puede ser tomado como las necesidades del pueblo. De esta forma, no se da tanta libertad personal y opción alguna de realizarse como se quiere, sino como el mismo medio lo requiera.



Objeto: hombre con forma y función determinados.

Respecto al hombre como objeto de guerra se entiende una relación entre educación, entrenamiento, cuerpo y entretenimiento. Un estado en el que no se cometían errores, donde todo aquello que nacía era sometido a juzgamiento de orden físico y castigado de igual modo por sus condiciones (y se refiere a aquello porque el hombre no se toma como sujeto individual, se toma como un estándar).

De igual forma, el entrenamiento del mismo cuerpo del nacido llevaba a la formación perfecta de un cuerpo capaz de resistir furia y dolor, capaz de dar la misma vida física frente a una guerra y en la que se busca un equilibrio entre mente y cuerpo. Donde el cuerpo debía ser coherente con la responsabilidad y legación a la que estaba destinado cada cual: dar la vida por su nación.




Asimismo, la formación de un cuerpo busca también encajar y corresponder con los valores claves implantados por una tradición social, aquella forma que demuestre lo mejor, lo que se debe ser y hacer como respuesta a ser parte de una sociedad. Es de cierto modo una forma de dejar claro al enemigo la coherencia entre lo que se es y se demuestra ser, sometiendo así a los derrotados en combate a los gustos y disposiciones del guerrero victorioso que siempre es. Ya que se prefiere morir en el campo a ser derrotado o sometido por alguien más.


Abordando la cultura estética del hombre como objeto, se logra demostrar como las creencias colectivas y el valor cultural que se le asigna a lo que debe ser y hacer cada integrante de la sociedad moldea una vez más el perfil de un objeto con características y funciones concretas a desempeñar desde un inicio hasta su fin.

Cultura material.

Del mismo modo, se podría abordar al hombre como un objeto de cultura material debido a la necesidad de lucha que se tiene contra pueblos invasores y de mantenimiento de un pueblo unido y sin rebeliones. De ahí, que dicha necesidad de mantener un pueblo unificado y luchando por el mismo fin, convierte así al cuerpo en una herramienta de lucha, en una extensión más. Con la que se trata modelar algo tangible, dándole así forma que tiene la función de derrotar y garantizar una victoria.


De esta forma, es clara la “objetualización” del hombre respecto a la forma y función que tiene y desempeña en la sociedad en la que ha nacido. Aquella rodeada de guerras y necesidades de combatir para sobrevivir.